El estudio de los seres vivos es un hecho que se desarrolla en todo el mundo, algunas veces se hace de manera conjunta entre varios investigadores, organizaciones y entes gubernamentales, mientras que otras se realizan de manera puntual por un solo ente. Estos estudios se llevan a cabo por diversas razones, entre las que se encuentran motivos ecológicos, biológicos, médicos o para el simple conocimiento de nuestra biodiversidad, lo que hace necesario un ordenamiento y control sobre las especies de las que se investigan y así evitar confusiones entre los investigadores, además de asegurar que los trabajos se pueden revisar, corregir y continuarlos en cualquier momento, para ello se ha creado un método de organización como la taxonomía.
Taxonomía de los seres vivos ¿Qué es?
Si nos vamos al origen etimológico de la palabra taxonomía llegamos al griego, ya que proviene de dos vocablos de esa lengua, taxis que es ordenamiento y nomos que se traduce como norma o regla, por lo que el significado literal de taxonomía de los seres vivos, también llamada taxonomía biológica, es el conjunto de reglas o normativas que permiten el ordenamiento de los seres vivos. La taxonomía de los seres vivos se encarga de indagar las características (caracteres) necesarias para su clasificación, además de su ordenamiento, nombrarlos y categorizarlos en algún peldaño de la clasificación y su identificación como tal.
La utilidad de la taxonomía es la uniformidad de pautas para la ordenación e identificación de los seres vivos, es decir, que todos los científicos tengan un lenguaje universal a la hora de referirse a algún organismo, para no caer en errores de ningún tipo.
Niveles de organización en la taxonomía biológica
La taxonomía clasifica a cada espécimen en diferentes peldaños de jerarquización denominados taxones, niveles o grupos taxonómicos, con los que se obtiene un sistema de clasificación completo de cada ser viviente. Esta clasificación está basada en caracteres distintivos (como los morfológicos y anatómicos) que pueden contabilizarse, medirse o catalogarse de alguna manera y que son heredables a través de las diferentes generaciones.
Las principales categorías de la taxonomía de los seres vivos son siete, las cuales son desde un rango amplio y generalizado hasta lo particular: Reino, seguido de Phyllum (o división), luego la clase, a continuación el Orden, continúa la Familia, después el Género y por último la Especie, aunque pueden existir peldaños por encima o por debajo de cada uno de ellos. Durante los últimos años también se ha empleado en taxón más amplio y generalizado que va por encima del Reino, este sería el Dominio, el cual está representado por tres grupos (Archaea, Bacteria y Eukarya) que engloban a todos los seres vivos.
Cada taxón o grupo se denota con la primera letra en mayúscula, a excepción de la especie que tiene su nomenclatura característica constituida por dos nombres, el primero correspondiente al del “género” con la primera letra de igual manera en mayúscula, mientras que el segundo va todo en minúscula, además de estar resaltada en el texto, bien sea en letra cursiva o mediante la utilización del subrayado.
Relación de Carlos Linneo
La taxonomía de los seres vivos es un tema que tiene una larga historia, pues ha sido objeto de preocupación por diversos científicos desde tiempos remotos, lo que también ha permitido que se establezcan grandes cambios a medida que se avanza en los nuevos descubrimientos. Pero aunque en esta historia estuvieron inmersos científicos como Aristóteles, que inicialmente intentaron agrupar a los organismos en tan solo dos grupos (vegetales y animales),no fue sino hasta la época de Carlos Linneo, cuando este destacado investigador ideó un sistema binomial que llegó a solucionar la nominación que se efectuaba de las especies en esa época, y que es tan eficiente que se sigue utilizando en la actualidad con carácter universal.
Linneo hizo pública sus clasificaciones de los seres vivos en dos grandes obras, la primera en el año de 1735 denominada “Systema Nature” cuya décima edición fue publicada en 1758, obra que consta de descripciones y nominaciones de los seres vivos en tres reinos (Animal, Vegetal y Mineral), además de otros niveles de organización taxonómica como clases, órdenes, géneros, nombres de especies con su sistema binomial y sinónimos; su otro trabajo relacionado con la taxonomía de los seres vivos lo publicó en el año de 1751 con el nombre de “Species Plantarum”.
Algunos cambios en la taxonomía de los seres vivos
A través de los años, muchos científicos han intentado organizar y clasificar a los seres vivos, los primeros esfuerzos de jerarquización los agruparon en dos tipos, animales y vegetales (como fue el caso de Aristóteles), posteriormente Linneo le adicionó otro grupo que correspondía a los minerales. Desde allí, muchos cambios en la taxonomía de los seres vivos han surgido, pasando por la jerarquización de 3 reinos de Haeckel, que adicionaba a los protistas, de 4 reinos de Copeland, que incluyó a los Monera o la de 5 reinos del investigador Whittaker que fue ampliamente utilizada y en la que se sumaba el reino Fungi (hongos); pero posteriormente gracias a los avances científicos en disciplinas como la genética y la biología molecular, el Monera fue desglosado en dos (Bateria y Archaea). En la actualidad también se adiciona otro grupo en la categoría de reino, el Chromista para contabilizar totalmente 7 reinos, que ha sido la propuesta de Ruggiero en el año 2015. Las propuestas no son constantes, sino cambiantes a medida que se avanza en el descubrimiento de nuevas características.
Autores consultados
- Arija, C. (2012).
- Fernández, M.; Brusa, F.; Damborenea, M.; Dellape, P.; Gallardo, F. (2013).
- Meloni, D. (2015).
- Pachés, M. (2019).
- Ramirez, S. (2007).
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